Los orígenes de Itálica se remontan al año 206 a.C., cuando el general Publio Cornelio Escipión, en el contexto de la segunda Guerra Púnica, derrotó a los cartagineses en la Batalla de Ilipa y estableció un destacamento de legionarios en el Cerro de San Antonio, lugar donde ya existía una población turdetana desde el siglo IV a.C. Si bien al principio ambas comunidades convivieron en este espacio próximo al Guadalquivir, pronto el elemento romano impuso sus modos sociales y políticos. En la segunda mitad del siglo I a.C. la ciudad adquiere el estatuto municipal y, pasado el tiempo, durante el gobierno del emperador Adriano (117-138 d.C.), el de colonia, con lo que se equipara administrativamente a la metrópoli.
La ciudad romana, se ubica en el Bajo Guadalquivir, a medio camino entre Sevilla (Hispalis) y Alcalá del Río (Ilipa), en la actual Santiponce, muy próxima a las rutas que conectaban con la zona de explotación minera de la Sierra Norte de Sevilla y Huelva. Desempeñó un importante papel estratégico, tanto en lo político-militar, como en lo económico, durante el Alto Imperio Romano. Prueba de ello es que llegó a ocupar una superficie aproximada de 52 hectáreas.
Fue cuna de los emperadores Trajano y Adriano, y punto de origen de buena parte de los senadores de la época.
Actualmente, el Conjunto Arqueológico de Itálica muestra al visitante un espléndido anfiteatro romano y da la posibilidad de pasear por el trazado de lo que fueron sus calles, así como de conocer las casas, edificios públicos, objetos de arte y utensilios de la vida cotidiana utilizados por sus habitantes.
Itálica fue la primera ciudad romana fundada en Hispania. Durante la Segunda Guerra Púnica, en el año 206 a.C., Escipión el Africano asentó a licenciados del ejército y heridos en la batalla de Ilipa, contra los cartagineses, «en una ciudad que llamó Itálica, tomando el nombre de Italia» (Apiano, Iber, 38).
El período de mayor esplendor fue durante los reinados de los emperadores Trajano y, sobre todo, Adriano, en el que destaca la gran ampliación urbana (triplicándose su perímetro) y su transformación como colonia. La documentación arqueológica de ese nuevo urbanismo adrianeo es excepcional para todo el imperio Romano.
Con capacidad para unos 25.000 espectadores, es uno de los mayores anfiteatros conservados del imperio Romano, que sigue el modelo del Amphitheatrum Flavium, el llamado Coliseo, de Roma. En él se realizaron los espectáculos gladiatorios (munera) y de luchas con fieras (venationes), aparte de ser exponente del poder imperial.
Es el edificio de espectáculos más antiguo de Itálica, construido durante el reinado de Augusto y ampliado ya bajo el de su sucesor el emperador Tiberio, ubicándose actualmente en el casco antiguo de Santiponce. En época de Adriano se construyó en la zona del pórtico posterior del teatro un templo dedicado a la diosa egipcia Isis, uno de los mayores del Occidente romano.